Terapia para Niños

Los niños que muestran este problema, se  comportan de un modo inadecuado, bien en el centro escolar, bien en el hogar, o en otras situaciones; a veces son niños desobedientes, o que, por su conducta dificultan la convivencia armoniosa. Algunas de sus conductas pueden ser agresivas (en el colegio o en el hogar), retadoras o de insubordinación y de incumplimientos de normas establecidas. Ante estos problemas es muy importante valorar las posibles causas de dicha conducta inadecuada, pues, muchas veces, éstas constituyen el problema real a tratar, siendo la conducta tan solo la consecuencia de dicho problema.

Comprensión lectora, dislexia, discalculia. Estas dificultades se refieren a una inadecuación en la adquisición y uso de la capacidad para la comprensión lectora, hablar, leer, escribir, razonar o para las matemáticas. Estos niños, a veces vistos como vagos, evitan realizar cierto tipo de tareas escolares, por suponerles un tremendo esfuerzo y con las que suelen frustrarse por fallarlas continuamente. Son niños cuyo  rendimiento en un área concreta está bastante por debajo del que correspondería con  su edad y con su capacidad de inteligencia. Es crítico identificar estas dificultades e intervenir cuanto antes pues son la base de futuros aprendizajes escolares y de su éxito o fracaso escolar.

Los niños pueden tener ansiedad desde edades muy tempranas, por ejemplo al separarse de su progenitor al dejarle en el centro escolar (ansiedad por separación) o por otras circunstancias que no sepa solventar. Por su momento evolutivo, están poco experimentados para afrontar las demandas del entorno y para solucionar ciertos problemas, generando un sentimiento anticipatorio negativo y de fracaso ante situaciones futuras, como puede ser ante los exámenes, o ante situaciones de interacción en el aula.

Los TEA hacen referencia a un trastorno del desarrollo que afecta, en especial, a la interacción social recíproca y la comunicación verbal y no verbal, una resistencia para aceptar el cambio, inflexibilidad del pensamiento, así como poseer campos de interés estrechos y absorbentes.

Enuresis y encopresis. Nos referimos a problemas de incontinencia de la orina (enuresis) o de la heces (encopresis) en edades en que ya debería estar controlado por el niño. Es aconsejable que ante estos problemas se acuda, en primer lugar, al pediatra para valorar posibles causas fisiológicas. Para el tratamiento psicológico es necesaria una gran colaboración por parte de la familia. En cualquier caso, el psicólogo deberá analizar las circunstancias del menor por si el problema fuese  consecuencia de otro problema principal.